La ingesta de alimentos dulces, bebidas y azúcares añadidos se ha relacionado con síntomas de depresión en varias poblaciones. Además de generar otros daños colaterales en el organismo.
El objetivo de este estudio es investigar las asociaciones entre la ingesta de alimentos o bebidas dulces, el trastorno mental común y la depresión. Y, por otra parte, examinar el papel de la causalidad inversa (influencia del estado de ánimo en la ingesta) como posible explicación de lo observado.
El trastorno mental común se caracteriza por síntomas depresivos, estados de ansiedad, irritabilidad, fatiga, insomnio, dificultades de memoria y concentración y quejas somáticas. Se suele manifestar como una mezcla de síntomas somáticos, ansiedad y depresión.
Así bien, en el presente estudio se analizan todos estos factores de manera transversal y 5 años después en 23.245 medidas repetidas en hombres y mujeres de entre 39 y 83 años.
La investigación confirma un efecto adverso de la ingesta de azúcar de alimentos o bebidas dulces sobre la salud psicológica a largo plazo. Además, sugiere que una menor ingesta de azúcar puede estar asociada con una mejor salud psicológica.
Asimismo, se excluye la posible «causalidad inversa» como la razón del vínculo observado entre el alto consumo de azúcar y el bajo estado de ánimo. Durante años y décadas, podría ser que las personas susceptibles a la depresión tiendan a aumentar su consumo de azúcar. Sin embargo, los hallazgos son consistentes con la hipótesis de que el alto consumo de azúcar juega un papel causal en los riesgos de depresión y trastorno mental común, tanto incidentes como recurrentes, y no al revés.
Se han descubierto varios mecanismos potenciales para esta asociación:
- La ingesta de azúcar podría aumentar el riesgo de depresión por su influencia potencial en los niveles de BDNF y la inflamación, ambos discutidos como posibles explicaciones biológicas para la depresión.
- Además, la hipoglucemia posprandial y los efectos similares a la adicción del azúcar que influyen en los neurotransmisores podrían vincular la ingesta de azúcar con niveles bajos en el estado anímico. La vía de la hipoglucemia posprandial también es relevante en el contexto del índice glucémico, que se ha demostrado que está asociado con la prevalencia e incidencia de la depresión.
En conclusión, el estudio proporciona evidencia firme de que la ingesta de azúcar de alimentos o bebidas dulces aumenta la posibilidad de desarrollar trastornos del estado de ánimo.
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