Artículo publicado el 27 de Marzo de 2019 por Harvard Medical School.
Cada año hay más adultos que han sido diagnosticados con cáncer en algún momento de sus vidas. Todos ellos enfrentan la incertidumbre y el miedo que siguen a los tratamientos contra el cáncer. La investigación muestra que el miedo a la recurrencia del cáncer interfiere con el bienestar emocional y físico. Y también sugiere que las herramientas mente-cuerpo pueden ayudar a las personas que han sido tratadas por cáncer a recuperar el control.
Un número creciente de sobrevivientes de cáncer
En los últimos 50 años, el número de adultos que han completado el tratamiento primario para el cáncer ha aumentado constantemente. Para el año 2024, se estima que 19 millones vivirán en los Estados Unidos, un tributo a las opciones en rápida evolución para el diagnóstico y el tratamiento. Existe una necesidad crítica de apoyar a los sobrevivientes mientras navegan por la incertidumbre de la vida posterior al cáncer. De hecho, si se les pregunta a los pacientes, a los proveedores de atención médica y a los investigadores, se encontrará que incluso el término «sobreviviente de cáncer» que se usa con frecuencia tiene diferentes definiciones y connotaciones. Cuando terminan el tratamiento no significa que las preocupaciones hayan terminado, ni siquiera entre las personas en remisión sin evidencia de enfermedad. Una vez que concluyen el tratamiento activo, los sobrevivientes de cáncer se enfrentan a un desafío nuevo e imprevisto: el miedo y la angustia persistentes con respecto a su salud y su futuro.
De hecho, del 30 al 70 % de los sobrevivientes de cáncer reportan niveles moderados a altos de temor a la recurrencia del cáncer, o FCR.
¿Qué preocupaciones surgen más a menudo?
Después del tratamiento del cáncer, las personas se enfrentan a la incertidumbre pronóstica sobre su supervivencia. Ellos pueden luchar con los síntomas a largo plazo de su cáncer. Deben someterse a exámenes médicos continuos y vigilancia. Sus tratamientos pueden tener consecuencias duraderas, como la infertilidad o dificultades cognitivas. La incertidumbre, el temor a las consecuencias para los seres queridos que se derivan de su enfermedad y los cambios en los roles sociales contribuyen aún más a la complejidad de la FCR.
¿Cómo pueden ayudar las herramientas mente-cuerpo?
Las técnicas de mente y cuerpo, como las habilidades cognitivas de comportamiento, la meditación de atención plena y el yoga ayudan a los sobrevivientes de cáncer a tomar el control de la FCR persistente. Una revisión sistemática y un metaanálisis de 19 ensayos controlados aleatorios mostraron que las técnicas de mente y cuerpo tenían efectos de pequeño a mediano para aliviar la FCR. Las herramientas más rigurosamente probadas son:
- Habilidades cognitivas de comportamiento, como separar el «tiempo de preocupación» y aprender a reconocer y replantear los miedos.
- Técnicas de meditación, como la meditación sentada y el movimiento meditativo como el yoga o el taichí.
- Técnicas de relajación, como la respiración profunda y las imágenes guiadas.
- Terapias de arte expresivo, como la terapia de baile.