Microbiota intestinal y la comida basura.
Un estudio publicado en la revista Molecular Ecology ha permitido analizar la isla galápago y los impactos antropogénicos en los pinzones de Darwin, unos pájaros de tamaño mediano descubiertos por el científico inglés que comprenden 17 especies.
Los científicos, liderados por la Universidad de Connecticut en EE. UU., se han centrado particularmente en la dieta de 100 ejemplares de dos especies: el pinzón de Darwin fuliginoso (Geospiza fuliginosa), que prefiere la comida humana, y el pinzón de Darwin picomediano (Geospiza fortis), que se nutre de alimentos naturales. Los resultados demuestran que los pájaros atraídos por la comida basura de los humanos experimentan cambios en su microbiota intestinal y su masa corporal, en comparación a los que no se alimentan de comida humana.
“Los pinzones que viven en áreas donde hay mucha actividad humana tienen comunidades de microbiota intestinal diferentes a los que viven en áreas con menos actividad humana”, señala Sarah Knutie, investigadora en la universidad estadounidense y autora principal del trabajo. Según la científica, la diversidad de bacterias intestinales es menor en el sitio con presencia humana que en los lugares sin presencia humana, informa la agencia Sinc.
Por otra parte, la investigación muestra que la morfología y las características físicas de los pinzones difieren en función de su dieta. En las zonas urbanas, los pájaros son más grandes y tienen una masa corporal más alta que los otros ejemplares de la isla. Estas aves son entre un 6 % y un 13 % más pesadas que las que viven en hábitats con menos presencia humana.
“Dado que la microbiota intestinal puede afectar al sistema inmunitario, los pinzones que comen alimentos basura pueden tener una respuesta diferente al parásito invasor respecto a los que mantienen una dieta natural”, indica la experta, que subraya que se necesita más investigación para determinar los efectos a largo plazo sobre los cambios en la microbiota.