Ahora que empieza la primavera, y con ella el buen tiempo, es una buena razón para dar a conocer un estudio que confirma el elevado índice glucémico (IG) de la cerveza:
Existe evidencia de que los alimentos que tienen tendencia a elevar demasiado rápido los niveles de glucosa en sangre son diabetógenos e incluso pueden llegar a comportarse como sustancias químicas obesógenas.
No faltará la publicación que nos hablará de los beneficios de esta bebida, enmascarados en el marketing de venta. Quién no ha oído hablar de la «capacidad» que tiene la cerveza de hidratar. Siendo todo lo contrario, el alcohol genera cambios hormonales, concretamente de la ADH (hormona antidiurética) en los riñones, estimulando la diuresis y por consiguiente la deshidratación.
El mencionado estudio afirma algo paradójico: «A pesar de que el contenido en hidratos de carbono de la cerveza es bajo (4-5 g por 100 ml), hace una alta contribución a la carga glucémica». Aun así, ¿quién se bebe solo 100 ml de cerveza? El problema de esta bebida está es su elevado índice glucémico.
Para que todos puedan comprender por qué es tan importante esta referencia, os diré que el 27 de agosto de 2015 la prestigiosa Universidad de Harvard publicó en su web una tabla con el IG de más de 100 alimentos, y el alimento que da un índice más elevado es el pan blanco, al que se le asigna el valor de 100. ¿Sabéis cuál ha sido el valor de la cerveza? 89 de IG. Hay que tener en cuenta que un alimento que nos dé un valor de 70 ya es muy elevado.
Por lo tanto, queda demostrado que la cerveza ni hidrata ni adelgaza.