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Vitaminas liposolubles

Vitaminas liposolubles 1920 1271 Richard Vera

Las vitaminas, junto con los minerales, se consideran micronutrientes esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Los conocidos superalimentos suelen ser ricos en este tipo de micronutrientes.

En este caso, las vitaminas se pueden dividir en hidrosolubles y liposolubles:

  • Hidrosolubles: vitaminas del grupo B y vitamina C.
  • Liposolubles: vitaminas A, D, E y K.

En este artículo vamos a meternos de lleno a conocer en profundidad las vitaminas liposolubles.

Vitamina A

La vitamina A es una vitamina liposoluble. Lo que significa que es una vitamina que se pueden disolver en grasas y aceites; a diferencia de las vitaminas hidrosolubles, que se disuelven en agua.

El retinol es la forma activa de esta vitamina y se encuentra en alimentos de origen animal únicamente. En cambio, en los alimentos de origen vegetal encontramos lo que se conoce como provitamina A o carotenoides. Tras su ingesta nuestro organismo convertirá estas moléculas en la forma activa de la vitamina A y su eficacia será la misma que el retinol. Hasta el punto de que se alcanzaría los requerimientos de esta vitamina sin problema a base de alimentos de origen vegetal. Los carotenoides más comunes y con mayor capacidad de transformación en vitamina A son los betacarotenos. Son unos pigmentos con alta capacidad antioxidante que dan un color rojizo-anaranjado a los alimentos que lo contienen (como las zanahorias o la calabaza).

  • Funciones

Es una vitamina muy importante en la función de la visión, en el adecuado mantenimiento de la piel y los tejidos sanos. Además, es útil para un sistema inmune sano.

  • Fuentes principales

Alimentos de origen animal: aceite de hígado de pescado, pescados como sardinas y atún, yema de huevo, mariscos y lácteos enteros.

Alimentos de origen vegetal: hortalizas y frutas anaranjadas, como zanahorias, calabaza, caqui, papaya, mandarinas y naranja. También en rúcula, espinacas, brócoli, pimiento rojo. Destacando su contenido en el boniato.

Vitamina D

La vitamina D es una vitamina liposoluble. Se encuentra en dos formas: ergocalciferol (D2) y colecalciferol (D3), que es la forma más activa.

Su deficiencia es habitual, aunque normalmente no se debe a causas alimentarias. Los síntomas que pueden atribuirse a una posible deficiencia de esta vitamina son: cansancio, irritación, mal humor o sensación de tristeza, sudoración frecuente por la cabeza, etc. Actualmente, su deficiencia es bastante frecuente por una exposición inadecuada al sol. Además de que nuestro cuerpo pierde capacidad de sintetizar vitamina D con la edad, por lo que es más común que este déficit aparezca en personas mayores de 50 años.

  • Funciones

La vitamina es importante para una adecuada absorción de calcio y de fósforo, fundamentales en la salud ósea. También se ha encontrado asociación entre adecuados niveles de vitamina D y menor riesgo de patologías cardiovasculares y diabetes, y mejor funcionalidad a nivel del sistema nervioso e inmune.

  • Fuentes principales

Obtenemos la vitamina D mediante dos vías: la exposición a la luz solar y la alimentación.

En este caso, la dieta es una fuente secundaria, siendo el pescado azul el principal suministro, seguido de otros en cantidades menores como los lácteos enteros y los huevos. La exposición al sol moderada y con la protección adecuada es importante para alcanzar los requerimientos de vitamina D. Aunque otros factores como: edad, zona donde se habita, pigmentación de la piel, etc. influyen notoriamente.

Vitamina E

La vitamina E o tocoferol es una vitamina liposoluble. Es considerada la vitamina antioxidante por excelencia. Como contribuye sobre todo a prevenir la oxidación de los ácidos grasos poliinsaturados, se recomienda que se consuman ambos nutrientes de forma equilibrada. Es habitual encontrar que los alimentos ricos en esta vitamina, también lo son en ese tipo de ácidos grasos, lo cual contribuye a mantener el equilibrio (por ej.: aceites vegetales).

  • Funciones

La vitamina previene frente a la oxidación lipídica y protege frente a los radicales libres y el daño oxidativo. Además, tiene funciones en la prevención de placas de ateroma, en salud cardiovascular y en la regulación del sistema inmune.

  • Fuentes principales

Se encuentra principalmente en aceites vegetales (oliva, girasol, maíz, soja, etc.). Debemos consumirlos en su estado virgen en lugar de refinados siempre que sea posible. También se encuentra en los frutos secos y semillas. Y en algunos cereales (maíz, trigo) y vegetales (aguacate, soja, espárragos verdes, etc.).

Vitamina K

La vitamina K o filoquinona (K1) o menaquinona (K2), en función de su composición química, es una vitamina liposoluble. Se considera lavitamina antihemorrágica, ya que su déficit puede afectar a la coagulación y aumentar el riesgo de sangrado excesivo. La filoquinona es la que recibimos de forma más abundante por la dieta y procede de alimentos vegetales. La menaquinona la encontramos en menores cantidades y procede de fuentes animales principalmente.

Esta vitamina en cierta medida puede sintetizarse por las bacterias a nivel intestinal, por lo que gran parte de sus requerimientos se obtienen de esta manera. Un cuidado adecuado de la microbiota intestinal es, en consecuencia, importante para nuestros niveles de vitamina K.

Tanto su deficiencia como su exceso es muy complicado. Lo que sí es importante es controlar el aporte de vitamina K con determinados tratamientos antiocoagulantes, ya que podría interferir.

  • Funciones

La vitamina K es fundamental en los procesos de coagulación de la sangre. Su deficiencia puede provocar hemorragias fuertes. Además, tiene importantes funciones óseas.

  • Fuentes principales

Parte de esta vitamina es obtenida por nuestro organismo, ya que la microbiota intestinal es capaz de sintetizarla. Por tanto, una destrucción de la microbiota (por exceso de medicación como antibióticos, alcoholismo, etc.) puede llevar a menores valores de vitamina K:

Alimentos de origen animal: en menor proporción la encontramos en quesos, carnes magras y huevo.

Alimentos de origen vegetal: la mayor parte la obtenemos de verduras y hortalizas de hoja verde (espinacas, lechuga, perejil, nabo, etc.) o de las coles (brócoli, repollo, coles de Bruselas). También se encuentra en guisantes, judías verdes y patata. El aguacate, los frutos rojos y otras frutas como las ciruelas la contienen en menor cantidad.

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Fuente: https://nutricion.org/donde-esta-cada-nutriente/

Vitaminas hidrosolubles

Vitaminas hidrosolubles 1920 1079 Richard Vera

Las vitaminas, junto con los minerales, se consideran micronutrientes esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo. Los conocidos superalimentos suelen ser ricos en este tipo de micronutrientes.

En este caso, las vitaminas se pueden dividir en hidrosolubles y liposolubles:

  • Hidrosolubles: vitaminas del grupo B y vitamina C.
  • Liposolubles: vitaminas A, D, E y K.

En este artículo vamos a meternos de lleno a conocer en profundidad las vitaminas hidrosolubles.

Vitaminas del grupo B

Las vitaminas del grupo B son todas ellas vitaminas hidrosolubles. Lo que significa que se disuelven en agua; a diferencia de las vitaminas liposolubles, que se disuelven en grasas y aceites.

1. Vitamina B1

La vitamina B1 o tiamina se destruye fácilmente por el calor, por lo que se recomienda alternar entre el consumo de alimentos ricos en tiamina en crudo, cuando sea posible, y cocinados. Las principales fuentes son cereales, carne y verduras. En el caso de los cereales, debemos optar por los de grano entero o integrales, ya que al aprovechar una mayor parte del cereal contiene un aporte significativamente mayor de vitamina B1, además de otros nutrientes.

Tanto su déficit como su toxicidad es muy complicado en países desarrollados. En caso de deficiencia extrema podría derivar en una enfermedad conocida como Beri-beri, que cursa con alteraciones nerviosas, motoras, musculares, trastornos cardíacos, etc. El riesgo de deficiencia se ve aumentado en población alcohólica y en población fumadora habitual.

  • Funciones

La vitamina B1 participa en el metabolismo energético, especialmente en el metabolismo de los hidratos de carbono. Además, juega un importante papel en la transmisión del sistema nervioso.

  • Fuentes principales

Alimentos de origen animal: carne, hígado, jamón serrano, huevo y algunos pescados (sardinas, salmón, lenguado, lubina).

Alimentos de origen vegetal: sobre todo en cereales integrales o de grano entero, como el trigo, la avena o el arroz (cuando optamos por cereales blancos o harinas refinadas reducimos notoriamente su presencia). En la semillas y frutos secos en general, al igual que en las legumbres: soja, lentejas, judías y habas, en especial. Y en menor medida en verduras, hortalizas y frutas (ajo, coliflor, espárragos, alcachofa, champiñón y naranja).

2. Vitamina B2

La vitamina B2 o riboflavina es una vitamina estable con el calor, por lo que el cocinado no supone una merma. En cambio, hay que vigilar las radiaciones solares directas ya que podrían destruir a la riboflavina.

Su deficiencia no es habitual, pero el alcoholismo crónico aumenta el riesgo, al igual que hay que tener especial cuidado con población anciana en riesgo de desnutrición.

  • Funciones

La vitamina B2 está implicada en los procesos del metabolismo de los macronutrientes (hidratos de carbono, proteínas y lípidos). También es necesaria en procesos del sistema nervioso y en el cuidado de piel, pelo y uñas.

  • Fuentes principales

Alimentos de origen animal: carne, hígado, lácteos y huevos. Y en algunos pescados, como caballa, sardina y arenque.

Alimentos de origen vegetal: en algunos cereales (trigo, quinua), verduras y hortalizas (champiñones), frutos secos y legumbres, como lentejas.

3. Vitamina B3

La vitamina B3 o niacina es menos sensible al calor, pero al ser hidrosoluble podría perderse en el líquido de cocción si empleamos técnicas culinarias en agua como el hervido y la desechamos después. Se recomienda su cocinado sobre todo por otras técnicas, como el vapor.

Aparte de en la alimentación, parte de esta vitamina también podemos obtenerla a partir de un aminoácido que se denomina triptófano. Este último se encuentra sobre todo en leche, derivados y huevos.

Su deficiencia, no habitual en países desarrollados, desemboca en la pelagra, una patología que cursa con problemas en la piel como dermatitis, síntomas digestivos, como diarreas, y otra sintomatología de mayor gravedad que podría tener consecuencias fatales.

  • Funciones

La vitamina B3 es fundamental en el metabolismo de carbohidratos, grasas y proteínas (y del alcohol). También tiene un papel fundamental en el sistema nervioso y digestivo.

  • Fuentes principales

Alimentos de origen animal: carne (sobre todo de aves), pescados (atún, bonito, caballa, salmón, sardina, merluza, boquerón, etc.).

Alimentos de origen vegetal: frutos secos, cereales integrales, legumbres, café.

4. Vitamina B5

La vitamina B5 o ácido pantoténico se encuentra prácticamente en todos los grupos de alimentos en cantidad variable. Se destruye principalmente con el calor por lo que en alimentos cocinados su merma será notable. Sus requerimientos son fácilmente alcanzables por lo que no existe apenas riesgo de deficiencia.

  • Funciones

La vitamina B5 es importante en el metabolismo energético, al igual que la mayoría de las vitaminas del grupo B. También interviene como cofactor en numerosas reacciones bioquímicas del organismo y síntesis de componentes como la hemoglobina, hormonas tiroideas, etc.

  • Fuentes principales

En general se encuentra repartida proporcionalmente en todos los grupos de alimentos: carne, pescado, huevos, verduras, legumbres, cereales integrales (en menor proporción en cereales blancos o refinados).

5. Vitamina B6

Vitamina B6 o piridoxina. Su deficiencia no es común, pero podría dar sensación de fatiga, cansancio, irritabilidad y malestar general. Y su exceso puede convertirla en tóxica, aunque no es habitual. De nuevo, al igual que en la mayoría de las vitaminas del grupo B, el alcoholismo crónico puede contribuir a su deficiencia.

  • Funciones

La vitamina B5 es importante en el metabolismo energético y en la síntesis de sustancias (hemoglobina, ácidos nucleicos como ARN y ADN, etc.). Además, es fundamental en las reacciones de conversión del aminoácido triptófano en vitamina B3 o niacina. Asimismo, tiene una función inmune y cognitiva.

  • Fuentes principales

Alimentos de origen animal: casi todos los pescados (destacando: sardinas, boquerones y salmón entre otros), huevos, quesos (cuanto más curados, mayor aporte de vitamina B6) y vísceras.

Alimentos de origen vegetal: destaca en cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas. Además, en todas las verduras.

6. Vitamina B9

Vitamina B9 o ácido fólico o folato se destruye fácilmente con el calor o el oxígeno del ambiente. Por ello debemos conservar adecuadamente los alimentos y alternar su consumo entre crudos y cocinados. Técnicas de cocción como el vapor durante solo unos minutos contribuye a conservar sus nutrientes muchísimo más, igual que conservarlos en frigorífico en lugar de a temperatura ambiente. Utilizar verduras congeladas no supone una merma de ácido fólico y sería una opción adecuada de vez en cuando para aumentar el consumo de verduras y hortalizas de forma rápida.

Su consumo adecuado es especialmente importante en mujeres en edad fértil cuando se busca un embarazo. Durante la gestación, y también durante la lactancia, aunque en menor medida, los requerimientos se encuentran elevados. De esta forma, se ayuda a prevenir malformaciones del sistema nervioso como la espina bífida o anencefalia.

Un exceso de esta vitamina es poco probable, pero el principal riesgo sería que podría enmascarar una posible deficiencia de vitamina B12 o retrasar el diagnóstico.

  • Funciones

El ácido fólico tiene múltiples funciones relacionadas con el sistema nervioso y el adecuado funcionamiento del sistema cardiovascular, además de en la síntesis de ADN y la división celular. Su deficiencia puede ser la causante de un determinado tipo de anemia: anemia megaloblástica, y acarrear graves problemas sobre todo durante el embarazo.

  • Fuentes principales

Alimentos de origen animal: huevos y lácteos en menor medida.

Alimentos de origen vegetal: verduras de hoja verde (principal fuente dietética: acelgas, col, grelos, espinacas, etc.). También las legumbres en general son una fuente importante, al igual que las pipas de girasol, las semillas de lino y de sésamo, y los cereales integrales.

7. Vitamina B12

La vitamina B12 o cobalamina es una vitamina de origen bacteriano, no de origen animal; es decir, la sintetizan bacterias.

Su deficiencia es muy improbable en nuestra alimentación habitual, siempre que consumamos alimentos de origen animal. Por esta razón, las personas vegetarianas y veganas podrían no alcanzar los requerimientos mediante la alimentación y acabar desarrollando una deficiencia a largo plazo. Su déficit, al igual que en el caso del ácido fólico, puede aumentar el riesgo de anemia megaloblástica.

  • Funciones

La vitamina B12 es esencial en la formación de los glóbulos rojos y en la síntesis de ADN y de proteínas. También participa en la formación de tejidos y en su regeneración. Asimismo, es importante para diversas funciones del sistema nervioso.

  • Fuentes principales

Se encuentra únicamente en alimentos de origen animal. Se encuentra principalmente en carne, vísceras, pescado y marisco. En menores cantidades, también en huevos y lácteos.  

También pueden contenerla algunas algas, sin embargo, muchas de ellas lo que realmente contienen son análogos de la vitamina B12 conocidos como corrinoides, los cuales no son activos ni útiles como vitamina B12.

Vitamina C

La vitamina C o ácido ascórbico es una vitamina hidrosoluble. Además, es una vitamina termolábil (la más lábil de todas las vitaminas hidrosolubles), es decir, se destruye con el calor. Por lo que el consumo habitual de vegetales frescos y crudos contribuye a una mayor conservación de esta vitamina. Al calentar los alimentos por diferentes métodos de cocción destruiremos parte de esta vitamina, sobre todo con temperaturas demasiado altas, por un tiempo prolongado o si recalentamos los alimentos varias veces.

Por otro lado, también es sensible a la luz y las radiaciones ultravioletas, al igual que a oxidarse en presencia del oxígeno del ambiente. Debemos conservar estos alimentos preferiblemente en lugares frescos, secos y oscuros, o donde no incida la luz natural de forma directa. Su conservación en refrigeración será mejor que a temperatura ambiente.

Su carencia es muy extraña, pero de ser así desembocaría en escorbuto. La toxicidad por exceso también es difícil, ya que, si consumimos por encima de nuestras necesidades, nuestro organismo es capaz de eliminar la que no necesitamos. Es importante su consumo diario ya que apenas podemos acumularla en el organismo en forma de reservas.

  • Funciones

La vitamina C es un potente antioxidante. Contribuye a la síntesis de colágeno y es cofactor de múltiples reacciones bioquímicas del organismo. Ayuda a la absorción del hierro dietético cuando se consumen conjuntamente. Y desempeña una importante función en el sistema inmune.

  • Fuentes principales

Se encuentra fundamentalmente en frutas, verduras y hortalizas en general. En especial en las frutas cítricas: naranja, mandarinas, pomelo, etc. Y otras frutas como kiwi, fresas, papaya, guayaba.

Está presente en verduras como: pimiento rojo, perejil, coles de Bruselas, brécol, berros, lombarda, repollo, canónigos o espinacas, etc.

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Vitamina D, aliada incomparable: evita su déficit este invierno

Vitamina D, aliada incomparable: evita su déficit este invierno 1920 1440 Richard Vera

Se ha visto que la vitamina D no solo es importante para la salud ósea, las patologías cardiovasculares y la funcionalidad a nivel del sistema nervioso, sino que también tiene una función protectora muy importante del sistema inmune.

Encontrándonos en los meses con menor tiempo de luz solar, hay que prestar especial atención a los niveles de vitamina D. Puesto que una de las fuentes principales de obtención de esta vitaminaes el sol.

Los bajos niveles de vitamina D propios de los meses de invierno pueden alterar el buen funcionamiento de nuestro organismo. Por tanto, veamos cómo evitar su déficit este invierno.

La importancia de la vitamina D

La vitamina D es imprescindible para nuestro organismo.

La calidad de nuestros huesos depende, en gran parte, de la vitamina D. Ya que se encarga de controlar y mantener los niveles de calcio y fósforo en nuestros huesos. Por ello, contribuye a prevenir la osteoporosis.

Además, la vitamina D es necesaria para el sistema inmune. Ayuda a combatir bacterias y virus. Niveles bajos de vitamina D tienen como consecuencia una mayor susceptibilidad a tener infecciones. Incluso mantener unos niveles adecuados de esta vitamina puede relacionarse con una reducción del riesgo de padecer cáncer avanzado.

Asimismo, la vitamina D es capaz de reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y diabetes.

Esta vitamina también participa en la síntesis de la serotonina, conocida como la hormona de la felicidad, por lo que unos bajos niveles se asocian en algunos casos a la depresión.

Cómo recuperar los niveles adecuados

No todas las personas necesitan la misma cantidad de vitamina D al día. En gran medida, dependerá de la edad y las circunstancias individuales. Por lo que siempre se hace necesario consultar con un especialista.

Veamos, aun así, las formas principales de obtención de esta vitamina tan importante.

1. Exposición solar

Nuestro cuerpo produce vitamina D cuando exponemos nuestra piel a la luz solar. Esta es la principal fuente de producción de vitamina D.

Dicha exposición, debe ser limitada y controlada. Debemos evitar la exposición en las horas centrales del día, en la franja que va desde las 11 a las 16 horas. Además de utilizar protector solar en cara y orejas, pero dejando expuesta al sol la piel de los brazos y piernas sin protección. Así evitaríamos los daños principales que la radiación ultravioleta puede provocar en nuestra piel.

Además, no son necesarias largas jornadas al sol. Según la Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo (SEAM), una exposición solar saludable sería de entre 10-15 minutos, 3 veces por semana, en verano y de 20-30 minutos en invierno.

2. Alimentación

Otra posible fuente de vitamina D son los alimentos. Entre ellos,los pescados grasos, como el salmón, el atún, las anchoas, la caballa o la trucha.Otros alimentos con pequeñas cantidades de vitamina D son los hongos, la yema de huevo o los lácteos.

3. Los suplementos

Otra opción para aumentar los niveles de vitamina D son los suplementos. Ahora bien, si tomamos suplementos, siempre es recomendable que sea bajo la supervisión de un especialista.

Ya que una dosis alta de esta vitamina puede ser perjudicial para nuestra salud. Concentraciones demasiado elevadas en sangre pueden ser tóxicas y llegar a provocar desde náuseas y vómitos hasta deshidratación, debilidad muscular o dolor. Además de afectar a la salud ósea y la absorción intestinal del calcio.

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Fuentes:

https://www.vozpopuli.com/bienestar/vitamina-d-niveles-bajos-otono-claves.html?amp=1

https://www.clarin.com/buena-vida/deficit-vitamina-d-detecta-claves-mejorar-valores_0_o2MyRZbtb.html

La importancia de los Micronutrientes

La importancia de los Micronutrientes 1920 1280 Richard Vera

¿Qué son los micronutrientes y cuál es su importancia para la salud?

Primeramente, vamos a clasificar y definir los dos grandes grupos de nutrientes:

  • Macronutrientes: son sustancias que se encuentran en mayor cantidad en los alimentos, y se miden en gramos. Son las proteínas, las grasas y los carbohidratos.
  • Micronutrientes: son sustancias que se encuentran en menor cantidad en los alimentos, y se suelen medir en miligramos. Son las vitaminas y los minerales.

Los micronutrientes son sustancias que no aportan energía (como lo harían los macronutrientes), pero son esenciales para el buen funcionamiento de nuestro organismo. 

Los micronutrientes se dividen en:

  • Vitaminas
    • Hidrosolubles: vitaminas del grupo B y vitamina C.
    • Liposolubles: vitaminas A, D, E y K.
  • Minerales y oligoelementos: en este grupo se encuentran el calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, cloro, hierro, yodo, zinc, cobre, cromo, selenio, flúor, entro otros.

Una dieta equilibrada aporta a nuestro organismo las vitaminas y minerales necesarios. Estos nutrientes se extraen mayoritariamente de las frutas y las verduras.

Los micronutrientes se necesitan en cantidades muy pequeñas, pero son indispensables para la salud del cuerpo.

Funciones

La importancia de los micronutrientes radica en que desempeñan importantes funciones metabólicas y fisiológicas para mantener la salud.

Realizan fundamentales funciones como cofactores enzimáticos, al formar parte de la estructura de numerosas enzimas o al acompañarlas (coenzimas). También tienen propiedades antioxidantes, evitando el daño oxidativo y combatiendo los radicales libres.

Estudios

Todo esto lo confirma un estudio clínico que demuestra que los micronutrientes juegan un papel central en el metabolismo y en el mantenimiento de la función de los tejidos. Y, por lo tanto, es necesaria una ingesta adecuada de los mismos. Sin embargo, hay que tener mucha precaución con la provisión de suplementos en exceso a las personas que no los necesitan, porque podría ser perjudicial en esos casos.

Además, en otro estudio se relaciona el desequilibro de los micronutrientes en el cuerpo (en especial los minerales y oligoelementos) como factor de riesgo para el síndrome metabólico.

Síndrome metabólico se denomina a un grupo de trastornos metabólicos que incluyen obesidad central, resistencia a la insulina, hipertensión, intolerancia a la glucosa y dislipemias.

Por tanto, podemos concluir que los micronutrientes tienen una gran importancia para mantenernos en un estado óptimo de salud cuando su ingesta es la adecuada y, además, nos ayudan a prevenir y tratar diferentes trastornos.

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