Estamos en enero, época característica por retomar hábitos saludables y por sus bajas temperaturas (típicas de invierno). Cuando las temperaturas bajan, nuestro cuerpo necesita alimentos que no solo nos reconforten, sino que también nos proporcionen energía. La alimentación en invierno juega un papel clave para fortalecer el sistema inmunológico, mantener el calor corporal y prevenir enfermedades típicas de la temporada fría. Te proponemos una serie de claves para tu alimentación durante esta temporada:
Sopas y caldos
Las sopas y caldos son alimentos esenciales en invierno. Preparados con verduras, legumbres o proteínas magras, aportan una combinación perfecta de nutrientes mientras calientan el cuerpo de una forma reconfortante y nutritiva. Su alto contenido en agua también ayuda a mantener una buena hidratación, especialmente en ambientes secos.
Frutas cítricas: reforzando tu sistema inmune
Las naranjas, mandarinas, limones y pomelos son aliados clave en invierno gracias a su contenido en vitamina C, que fortalece el sistema inmunológico y ayuda a prevenir resfriados. Además, su sabor fresco y dulce puede alegrar los días grises de la temporada. Un zumo combinado de estas frutas por la mañana, hará que comiences el día con aporte de vitaminas.
Jengibre: aliado contra el frío y la inflamación
El jengibre es conocido por sus propiedades termogénicas, que ayudan a elevar la temperatura corporal. También tiene beneficios antiinflamatorios y antioxidantes, además de aliviar los síntomas de resfriados y dolores de garganta.
Legumbres: aporte de energía y efecto saciante
Las lentejas, garbanzos, alubias y guisantes son alimentos ricos en proteínas vegetales, fibra y carbohidratos complejos. Estas características las convierten en una fuente de energía ideal para afrontar días fríos, además de ser económicas y versátiles.
Tubérculos y energía
Alimentos como las patatas, el boniato y los nabos son ricos en carbohidratos que aportan energía y ayudan a mantener el calor corporal. También contienen vitaminas y minerales como el potasio, que favorece la función muscular y el equilibrio de líquidos.
Frutos secos y semillas: fuente de grasas saludables
Las nueces, almendras, avellanas y semillas de calabaza son una excelente fuente de grasas saludables, proteínas y minerales como el zinc, que es clave para fortalecer el sistema inmunológico (tan necesario en esta época típica de resfriados). Además, su densidad calórica es perfecta para generar calor interno.
Avena y cereales integrales
La avena, la quinoa y el arroz integral son opciones ideales para comenzar el día con energía (preparando, por ejemplo, el conocido porridge) o como base de platos principales. Son ricos en fibra y carbohidratos complejos, que proporcionan energía sostenida y ayudan a mantener el cuerpo caliente.
Pescados grasos: Omega-3 y vitamina D
El salmón, el atún y las sardinas son ricos en ácidos grasos omega-3, que reducen la inflamación y mejoran la salud cardiovascular. Además, son una fuente natural de vitamina D, que es esencial en invierno debido a la menor exposición al sol.
Especias cálidas: toque extra de calor
La canela, la cúrcuma, el clavo y la pimienta negra tienen, como el jengibre, propiedades termogénicas que ayudan a elevar la temperatura corporal. Además, aportan sabor, color y beneficios antioxidantes a tus platos.
Té e infusiones calientes: hidratación que reconforta
Las bebidas calientes son imprescindibles en invierno para mantener el cuerpo hidratado y cálido. Opta por infusiones como el té verde, manzanilla o mezclas con jengibre y limón para combinar hidratación, calor y beneficios antioxidantes. También puedes optar por infusiones digestivas como menta poleo para mejorar las digestiones.
Conclusión
Combatir el frío con alimentos saludables no solo mejora tu bienestar físico, sino que también aporta confort y placer en cada comida. Incorporar estos alimentos a tu dieta diaria te ayudará a mantenerte caliente, con energía y protegido contra las enfermedades típicas de la temporada. Este invierno, cuida tu cuerpo desde dentro y disfruta del sabor de los alimentos de temporada.
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