Antropometría literalmente significa «la medida del hombre». Su aplicación al estudio de la obesidad constituye el método menos costoso y más ampliamente usado para la medición de la composición corporal, tanto en estudios clínicos como epidemiológicos. Entre las medidas antropométricas consideradas más útiles en la valoración de la obesidad se incluyen: peso, estatura, pliegues cutáneos, circunferencias del tronco y de los miembros y el espesor sagital del tronco.
Peso: La báscula a utilizar debe tener un mínimo de intervalos de 100 g, y el paciente debe de ser pesado en ropa interior y sin zapatos, así mismo, debe realizarse siempre a la misma hora.
Talla: Deben considerarse las mismas condiciones expuestas que para el peso.
Pliegues cutáneos: El porcentaje de grasa corporal puede ser estimado midiendo el ancho de los pliegues subcutáneos con un «caliper» que haya sido previamente validado y calibrado. Para obtener un resultado óptimo en la estimación se requiere medir el pliegue cutáneo en 4 lugares diferentes del cuerpo, no obstante, valores obtenidos en solo 2 lugares pueden ser aceptables. Los lugares primarios de medida son el tríceps, abdomen, subescapular, muslo y suprailíaco; otros lugares secundarios son el pecho, punto axilar medio y el punto medio de la pantorrilla. El uso del caliper, el cual debe ser colocado a 1 cm distal a los dedos que sostienen la piel, requiere una técnica lo más precisa posible, por ello hay que tener en cuenta una serie de consideraciones:
Primeramente, cuando el caliper es colocado en el pliegue cutáneo hay que dejarlo durante un breve período de tiempo antes de realizar su lectura; este periodo de aproximadamente 4 segundos permitirá a las puntas del caliper presionar apropiadamente el pliegue cutáneo.
Y segundo, mientras mayor tiempo se mantenga el caliper comprimiendo el pliegue, los líquidos serán forzados a salir fuera del área y el valor de pliegue cutáneo obtenido será cada vez menor y menos exacto; por lo tanto, si en 4-5 segundos no se obtiene una medida fiable, el pliegue cutáneo debe ser liberado e intentarlo posteriormente otra vez.
Es importante tener en cuenta que la distribución de grasa puede variar entre individuos que tienen la misma cantidad total de tejido adiposo, de manera que en algunas formas de obesidad la distribución de la grasa es generalizada, mientras que en otras es principalmente abdominal. Otra observación a tener en cuenta es que la relación de grasa subcutánea con la profundidad de la grasa también varía, variación importante porque en algunos pacientes el volumen de la nueva grasa puede depositarse en el abdomen lo cual no se va a ver reflejado de forma precisa en los pliegues cutáneos, por ejemplo, la grasa corporal incrementa con la edad, mientras que el pliegue cutáneo no. No obstante, y a pesar de estas potenciales dificultades, las medidas de los pliegues cutáneos son adecuadas para realizar estudios longitudinales de composición corporal y ofrece una útil información en estudios seleccionados de poblaciones. La forma más común de usar los valores de los pliegues cutáneos obtenidos es comparando estos resultados con valores de referencias apropiados para el sexo, edad y etnia.
El conocimiento del patrón de distribución de la grasa corporal es de gran importancia debido a su relación con el riesgo cardiovascular. Esta distribución del tejido adiposo puede ser medida calculando el índice cintura/cadera (C/C), el cual expresa la diferencia entre la circunferencia de la cintura en su punto más estrecho y la circunferencia de la cadera en su punto más amplio, incluidos los glúteos. Este índice es aceptado como un indicador de obesidad central, de manera que un índice alto indicará obesidad abdominal y un aumento del riesgo cardiovascular. Los valores de índice C/C a partir de los cuales se observa un aumento de la enfermedad cardiovascular no están aún claramente definidos, no obstante, se han propuesto como puntos de corte indicadores de alto riesgo cardiovascular valores de índice C/C superiores a 1 en los varones y superiores de 0,85 en las mujeres; y considerando los valores de índice C/C menores de 0,90 en los hombres y de 0,80 en las mujeres como indicadores de bajo riesgo cardiovascular.
Aunque en la práctica clínica el índice C/C es ampliamente utilizado, la limitación de este índice reside en que no nos permite diferenciar si la grasa acumulada en el abdomen es subcutánea o de distribución perivisceral. Para poder realizar una estimación más acertada de la acumulación de grasa perivisceral, algunos autores han sugerido la medición de la circunferencia de la cintura como método más apropiado. Para la realización de esta medición debe de utilizarse referencias óseas (punto medio entre el borde inferior de las costillas y el borde superior de la pelvis), ya que tomar como referencia el ombligo y hacerla a su altura es incorrecta puesto que en obesidades severas el ombligo puede estar extremadamente bajo y dar lugar a valores erróneos
Aunque la circunferencia de la cintura es un parámetro muy variable de unas poblaciones a otras y, por lo tanto, difícil de estandarizar, en algunos trabajos se ha observado que el riesgo de complicaciones metabólicas asociadas a la obesidad aumenta en los varones a partir de una circunferencia de cintura de 94 cm y en las mujeres de 80 cm, y este riesgo está muy aumentado para los varones con valores de 102 cm y en las mujeres de 88 cm. Los datos referidos a la circunferencia de la cintura en la población española permiten estimar parámetros de riesgo a partir de 95 cm en hombres y 82 cm en mujeres, y riesgo muy elevado en hombres con un diámetro de circunferencia de 102 cm y de 90 cm en mujeres.