Según un estudio publicado en Nature podemos identificar algunos de los alimentos que reducen el riesgo de cáncer.
La alimentación ha demostrado ser una herramienta indispensable en la prevención del cáncer. Algunos estudios determinan que hasta un 20-25 % de los casos de cáncer a nivel mundial tienen relación con la dieta. Por tanto, uno de cada cuatro tipos de cáncer se puede prevenir con un patrón alimentario adecuado.
Hoy sabemos que los patrones alimentarios en general influyen de forma tanto beneficiosa como perjudicial para determinadas enfermedades (por ejemplo, enfermedad cardiovascular y cáncer).
Este estudio se centra en analizar tipos específicos de cáncer: colorrectal, mama, pulmón, cabeza y cuello, esófago, estómago, hígado, vesícula biliar, piel, riñón y vejiga. Y no solo se centra en alimentos o sustancias que podrían llevar a sufrir alguno de los tumores mencionados, sino también en buscar alimentos protectores o al menos con una menor relación con el riesgo de cáncer.
Alimentos protectores
El café se relaciona de forma inversa con el riesgo de cáncer de hígado y cáncer de piel. Tiene un efecto protector frente a estos dos tipos de cáncer.
Por su parte, el consumo de frutas y verduras se relaciona de forma inversa con el riesgo de cáncer de faringe y cavidad oral. Aunque la asociación protectora del consumo de frutas de forma aislada (sin contar el consumo de verduras) no es significativa.
Los alimentos ricos en fibra soluble tienen un efecto protector frente al cáncer de mama. Y los alimentos ricos en vitamina A, carotenos, ácido fólico y vitamina C se relacionan con un menor riesgo de cáncer de pulmón. Las frutas y verduras, en general, son dos grupos alimentarios ricos en todos estos nutrientes. Se destacan la zanahoria, la calabaza o el mango por sus niveles de vitamina A; los pimientos y las zanahoriaspor sus niveles de carotenos;o las legumbres, las espinacas y el brócoli por sus niveles de ácido fólico. Respecto a la vitamina C, las frutas cítricas en general (naranjas, pomelos, kiwis) y verduras como los pimientos rojos o el brócoli también destacan por su riqueza en este micronutriente.
Por otra parte, los productos lácteos y derivados, junto a los productos integrales, tendrían un efecto protector frente al cáncer colorrectal. Según los investigadores, el calcio, por un lado, y la fibra dietética, por otro, serían los nutrientes potencialmente anticancerígenos en este caso.
Otros resultados
En este caso, cabe destacar que el estudio también detectó que las verduras encurtidas y los alimentos salados, por el contrario, aumentarían el riesgo de cáncer de estómago.
A pesar de esta exhaustiva revisión, se necesitan más ensayos clínicos controlados para obtener una evidencia sólida en determinados tipos de cáncer menos estudiados.
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