Los efectos del estado de ánimo en los hábitos y preferencias alimentarias se han investigado en varios niveles y durante un período prolongado. Pero solo recientemente el enfoque de dicha investigación se ha invertido a través del examen de los efectos de la dieta y componentes alimentarios sobre el estado de ánimo, el comportamiento y las futuras preferencias dietéticas.
En este estudio examinan los efectos de la dieta en el comportamiento relacionado con la ansiedad. Resaltan que los alimentos con alto contenido de grasa y/o azúcar, o que son muy sabrosos, tienen el potencial de afectar el comportamiento.
El hecho de que los alimentos modulen la ansiedad depende no solo de su composición, sino también de las experiencias dietéticas previas y de la dieta materna durante y antes del embarazo, así como de las experiencias contemporáneas que inducen estrés. Esto hace que el papel de los alimentos en la regulación de la ansiedad sea un tema muy complejo, pero también un área en la que una mayor comprensión podría conducir al desarrollo de estrategias para usar y adaptar los alimentos y el comportamiento alimentario para abordar de manera beneficiosa los trastornos metabólicos y del estado de ánimo.
Actualmente, parece que el alto contenido de grasas es ansiolítico, mientras que las dietas altas en azúcar pueden tener más características ansiogénicas. En términos de opciones de estilo de vida humano, es probable que la situación sea menos clara, y las dietas sabrosas mixtas son quizás más relevantes. Por lo tanto, normalmente son estas dietas las que ofrecen el mayor desafío de interpretación y manipulación, ya que son muy variables en su composición. Sin embargo, existe potencial para que estas dietas se optimicen y diseñen con efectos beneficiosos para la ansiedad y la salud en general.
En conclusión
La evidencia apoya firmemente la afirmación de que la dieta tiene el potencial de inducir o mejorar el comportamiento relacionado con la ansiedad, pero queda por establecer definitivamente cómo se regulan estos eventos y si existe la posibilidad de utilizar estas vías para identificar las dietas que pueden ser beneficiosas para promover el equilibrio energético saludable y la salud mental.
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Fuente: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3762204/