El término diabesidad fue acuñado por Paul Zimmet en el año 2001 y hace referencia a la estrecha relación entre el sobrepeso-obesidad y la diabetes. Ambas enfermedades están en aumento y se considera la epidemia del siglo XXI.
Se prevé hasta un 60 % de incidencia de la obesidad en algunos países occidentales. Además, en el mundo se calcula que 400 millones de personas padecen diabetes, de los que el 90 % son del tipo 2, y que alcanzará los 600 millones de personas en el año 2035. Los 55 millones de diabéticos que viven en Europa se convertirán en 70 millones en poco más de quince años. Es más, 8 de cada 10 diabéticos son obesos. Por tanto, la diabetes y la obesidad son dos epidemias gemelas, cuya prevalencia crece a un ritmo alarmante en todo el mundo.
Sin embargo, no se trata solo de un problema de adultos: las cifras en niños y adolescentes son alarmantes, ya que 1 de cada 10 adolescentes con obesidad mórbida es prediabético y el 1 % es diabético.
Esta combinación forma un cóctel explosivo
La obesidad no solo aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo 2, sino también de hipertensión arterial, enfermedad coronaria, ictus, tumores, síndrome de apnea del sueño, depresión, etc. Asimismo, los diabéticos obesos suelen tener un perfil de síndrome metabólico y, por tanto, suelen tener dislipemia aterogénica con triglicéridos altos, colesterol LDL alto y HDL bajo. Todo esto condiciona un riesgo cardiovascular muy elevado.
Y es que la obesidad localizada a nivel abdominal produce adipocinas que dificultan la acción de la insulina, es decir, la llamada resistencia a la insulina que conducirá a la larga a la aparición de la diabetes tipo 2. También hay una gran liberación de sustancias proinflamatorias que llevan a una resistencia a la insulina endógena y con ello un estado de hiperglucemia y estado preinflamatorio. Además, la obesidad provoca mayor sobrecarga en las articulaciones, artrosis, esteatosis hepática, arteriosclerosis acelerada…
Toda esta evidencia nos lleva a considerar la diabetes tipo 2 junto con la obesidad como una sola enfermedad, y tratarlas de manera conjunta.
Soluciones
Los pasos iniciales en la terapia para la diabesidad se centran en la necesidad de un cambio en el estilo de vida, con un cambio en la dieta, un descenso en la ingesta de grasas saturadas y un aumento del ejercicio físico. Todo ello encaminado a conseguir un control o pérdida ponderal adecuados; también sería aconsejable el abandono del alcohol y el tabaco.
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Fuentes:
https://www.quironsalud.es/blogs/es/objetivo-peso-saludable/diabesidad-nueva-epidemia-siglo-xxi