La alimentación emocional o comer emocionalmente consiste en comer (normalmente en exceso) en respuesta a emociones negativas.
Sobre todo, estas emociones negativas pueden ser ansiedad, estrés, miedo, tristeza, preocupación, inquietud, etc. Todas ellas nos pueden llevar a compensar o mitigar ese malestar a través de la comida. Esta manera de gestionar las emociones, por supuesto, no es la ideal ni para nuestro peso, ni para nuestra salud física, mental y emocional.
La alimentación emocional es un mecanismo de afrontamiento poco saludable que es difícil de controlar.
Alimentación Emocional
Existen numerosos estudios que examinan este fenómeno, pero este en concreto nos muestra lo siguiente: para algunas personas, la alimentación emocional contribuye al aumento de peso y dificultades para perderlo. Sin embargo, también hay muchas personas que se involucran en la alimentación emocional y mantienen un peso normal.
Veamos cómo podemos regular este mecanismo.
Los resultados de este análisis muestran lo siguiente: los participantes respaldaron el uso de actividad física, el control de sus conductas alimentarias y la participación en estrategias alternativas de reducción del estrés y afrontamiento para mitigar los efectos de su alimentación emocional y conservar su peso.
En conclusión, estos hallazgos tienen implicaciones para ayudar a los consumidores emocionales que tienen sobrepeso u obesidad a regular su peso y mejorar su salud a través del ejercicio, la alimentación consciente, la regulación de las emociones y otras estrategias de reducción del estrés.
Además, sabemos que el sobrepeso y la obesidad son problemas cada vez más comunes en la sociedad actual. Y parte de la causa es la mala gestión emocional que se hace (entre otras como el sedentarismo o la mala alimentación). Por tanto, es habitual comer emocionalmente y perpetuar un peso inadecuado para nuestra salud.
Más concretamente, hablaremos de la eficacia de la alimentación consciente para reducir la alimentación emocional.
Alimentación Consciente
Otro estudio propone un programa de alimentación consciente, con intervenciones basadas especialmente en el mindfulness, para reducir la alimentación emocional en adultos con sobrepeso y obesidad.
Este programa consta de múltiples ejercicios:
- Prácticas de respiración.
- Mindfulness y atención plena.
- Aprender a distinguir la alimentación emocional de la alimentación física.
- Atención a las señales corporales.
- Toma de conciencia de las señales de hambre y saciedad.
- Práctica de escaneo corporal.
- Movimientos conscientes y elección consciente.
- Disminución del ritmo de la alimentación.
- Detenerse en medio de la comida.
- Saber cuándo dejar de comer.
- Autoaceptación y atención a nuestra voz interior.
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